jueves, 11 de noviembre de 2010

Típico representante de la familia de los mustélidos, es un visón relativamente pequeño. Su cuerpo, alargado, mide de 35 a 40 cm y su cola de 13 a 17 cm; sus extremidades son cortas. El macho puede llegar a pesar 1.000 g. Su color es marrón chocolate brillante y uniforme, oscureciéndose hacia la cola. Tiene una mancha blanca que le abarca los dos labios y a veces presenta también una mancha blanca en el pecho. Sus orejas sobresalen poco en su cabeza, que es maciza y un poco aplanada. Sus ojos también son pequeños y están ligeramente separados. En pies y manos tiene membranas interdigitales incompletas.
Los excrementos del visón europeo son generalmente oscuros y con olor a pescado. También se pueden encontrar restos de peces que deja en las orillas de los ríos.
Es un especialista ribereño, prefiriendo los márgenes de los tramos medios de los ríos y los encharcamientos como lagos y lagunas con abundante vegetación de espadañas y juncos. Generalmente no vive más allá de los 600 metros de altitud, aunque se han encontrado madrigueras a más de 1.000 m. Éstas están en raíces de árboles y laberintos de maleza fluvial.
Las costumbres del visón son nocturnas y más bien solitarias. Se alimenta básicamente de animales acuáticos: peces, ranas, cangrejos, etc.; también roedores y pájaros. La gestación, de una sola camada anual, dura dos meses, y de ella nacen de 3 a 6 crías.
Su hábitat se limita a unos 2.500 kilómetros cuadrados en Cantabria, País Vasco, Navarra, La Rioja y Burgos. Tras haberse extinguido en los países centroeuropeos y el norte del continente, la población española y la del suroeste de Francia se han convertido en auténticos baluartes de esta especie. Por ello está incluida en el catálogo de especies amenazadas y está etiquetada como "en peligro de extinción".

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