jueves, 11 de noviembre de 2010

El gran tiburón blanco o jaquetón es una de las criaturas más fascinantes y temidas de la naturaleza. Su sola mención provoca terror entre los bañistas (algo de culpa tiene Steven Spielberg y su famosa película Tiburón) y ha sido durante años injustamente atacado y masacrado por su inmerecida fama de insaciable devorahombres. La realidad es que cada año mueren en el mundo más personas por picaduras de abeja que por ataques de este escualo y cuando se produce algún incidente suele ser porque el tiburón confunde a su víctima con una suculenta foca, ya que el ser humano no se encuentra entre sus preferencias culinarias.
El jaquetón se caracteriza por tener el cuerpo robusto, con forma de huso y terminado en una cabeza cónica. Su dorso es de un color gris oscuro que contrasta con su blanco vientre. Posee dos aletas dorsales, siendo la primera más grande, y dos pectorales. Su piel es áspera y está cubierta de una especie de escamas duras llamadas dentículos dérmicos. En cuanto a sus medidas, suelen estar sobre los cuatro o cinco metros de longitud y los 1.200 kilogramos de peso, aunque se han llegado a encontrar ejemplares mayores de siete metros.
Tiene varias filas de dientes grandes y triangulares, de bordes aserrados tan afilados como cuchillas y tan pronto como uno se desgasta o rompe otra pasa a ocupar su lugar. Sus potentes mandíbulas pueden ejercer una fuerza trescientas veces mayor que las del hombre.
Al carecer de vejiga natatoria tiene que estar en constante movimiento ya que si parase de nadar se hundiría y moriría. Asimismo, su sistema respiratorio necesita que entre agua en las branquias constantemente.
Uno de sus sentidos más desarrollados es el oído ya que tiene unas células en su morro y laterales que le permiten detectar las corrientes electromecánicas, las vibraciones y los sonidos de baja frecuencia. Su sensible olfato le sirve para percibir una gota de sangre a kilómetros de distancia y su vista también está muy acusada.
El tiburón blanco se encuentra distribuido a lo largo de las regiones boreales, templadas, subtropicales y tropicales de ambos hemisferios. Suele encontrarse en la plataforma continental, cerca de la costa, en Sudáfrica, costa oeste y noreste de Norteamérica, Nueva Zelanda, Japón, China, Sudamérica, Australia y mar Mediterráneo. En la península Ibérica puede encontrarse en el Mediterráneo, Atlántico y Canarias aunque no es muy frecuente su avistamiento en nuestras aguas.
El tiburón blanco busca en las aguas templadas sus zonas de reproducción y cría. No es capaz de reproducirse hasta cerca de los nueve años de edad y suele tener entre 4 y 10 crías en cada parto (cada dos o tres años), de las cuales muchas no llegarán ni a nacer siendo devoradas por sus hermanos en el interior de la madre.
Es, junto a la orca, uno de los mayores depredadores marinos y su espectro de presas es muy amplio y variado (¡en su estómago han llegado a encontrarse hasta matrículas de coche!). Suelen alimentarse de grandes peces (atún, bacalao, pez espada ...), tortugas, focas, leones marinos, otros tiburones, pequeñas ballenas y algún que otro delfín. Tampoco se lo piensan demasiado a la hora de alimentarse de animales ya muertos.Curiosamente suelen rechazar a las nutrias y las aves marinas como alimento. Su metabolismo es muy rápido y eso les hace tener siempre un gran apetito. A pesar de tener más de 3.000 dientes no mastican a sus presas sino que las desgarran y se tragan los pedazos.

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