La culebra viperina (Natrix maura) adquiere su nombre por su parecido a una víbora en forma y color. Efectivamente, su cabeza, de forma triangular y generalmente con una mancha en V, es inusual para una culebra. En ella los ojos, naranjas con la pupila redonda, están situados de forma muy adelantada. Su cuerpo es grueso y su cola corta; llega a medir un metro aunque su longitud media es de 70 cm. La hembra es algo mayor que el macho.
Tiene una coloración en zigzag, variable entre amarillo-grisáceo y pardo-verdoso, aunque algunos ejemplares presentan matices rojizos. Este patrón recorre el dorso entre manchas oscuras con el centro claro. Su vientre es blancuzco o rojizo, a veces con tonalidades amarillentas.
Esta culebra no es venenosa, aunque adopta una postura defensiva imitando el ataque de las víboras si se la molesta, silbando y lanzándose hacia adelante aplanando la cabeza, y emite un olor desagradable o vomitan para ahuyentar a posibles depredadores. Nunca muerde; ni siquiera llega a abrir la boca para atacar.
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