jueves, 13 de enero de 2011

Los cosméticos que utilizaban los romanos y los habitantes del Antiguo Egipto contenían mercurio. Los ingredientes de los cosméticos actuales también podrían sorprender: las barras de labios, por ejemplo, contienen sustancias brillantes obtenidas de las escamas de los peces en su mayoría grandes, denominadas esencia de perla o esencia de Oriente. Esta subpartida consiste en una suspensión en un medio, formado muy frecuentemente por nitrocelulosa y acetato de amilo, de láminas nacaradas de guanina, extraídas de las escamas de ciertos pescados. Se clasifican también en la presente subpartida los productos sintéticos que contenga principalmente hidrocarbonato de plomo, arseniato de plomo o mica revestida de titanio, que presenten el mismo aspecto que el producto natural esencia de perla. La esencia de perla sintética se conoce también como dicloruro de dimercurio nacarado. Se utiliza poco debido al alto costo y a la extrema fragilidad de este colorante.
Para obtener un brillo perlado en pintalabios, en sombras de ojos y en coloretes se utiliza también la mica, un mineral natural. La mica, de naturaleza translúcida, está revestida de una fina capa de dióxido de titanio que hace que el color de la piedra aparezca en diversas tonalidades, creando diferentes efectos; al variar el espesor del dióxido de titanio, cambia de tono.
El rojo de las barras de labios se consigue a partir del óxido ferroso (la herrumbre) o de pigmentos orgánicos. Normalmente el pigmento se pulveriza, y muy finamente dividido se va mezclando con el aceite de ricino (castor oil), y esta mezcla se une a su vez a una base cérea para crear el producto final.
El color rojo de algunas sombras de ojos se obtiene de tinción de carmín, hecha a partir del polvo de los cuerpos secos de las hembras de unos insectos denominados cochinillas. Esto es increíblemente caro y se utiliza en contadas ocasiones. La tinción pura de carmín es, en muchas ocasiones, más cara que el oro.
Un gran número de plantas son utilizadas para la fabricación de cosméticos. Algunos ejemplos, ordenados alfabéticamente por su denominación común (con su nombre científico):
La Henna es el nombre árabe del arbusto llamado "Lawsonia Inermis". En castellano, la henna se llama Alheña, pero es un nombre que no es demasiado utilizado. La "Lawsonia Inermis" es una planta grande de flores blancas y pequeñas. Crece en zonas húmedas del Norte de África, en el Oriente Medio y la India. Las hojas de la planta se secan y se pulverizan, dando lugar al conocido polvo de Henna. La Henna se utilizaba ya en la Antigüedad por las mujeres del Antiguo Egipto. Más adelante, se fue usando en el Norte de África, en la India y en Oriente Medio. La Alheña se utiliza para colorear el pelo, uñas, dedos... y para realizar tatuajes que duran aproximadamente de una a dos semanas. La Henna tiene la ventaja de ser un producto natural que no daña el cabello (con lo que se puede utilizar las veces que se quiera), sino al contrario, lo protege, le da brillo, previene su caída, evita la caspa... Las moléculas de la Henna tienen afinidad con las moléculas del pelo, llamadas keratina, con lo que puede penetrar fácilmente. En la Antigüedad, los efectos colorantes de la Henna no fueron del todo controlados, dándose casos de colores no deseados. Actualmente, este problema ya está solventado.

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