jueves, 13 de enero de 2011

En el año 1.500 a.C. las mujeres egipcias se depilaban usando sangre de animales, caparazones de tortuga y grasa de hipopótamo, dice el papiro de Ebers, un documento egipcio de medicina y magia. También las griegas y las romanas se depilaban para estar bellas. "En la Universidad de Tel Aviv se estudiaron los tratamientos de belleza en el Antiguo Testamento y encontraron que las mujeres judías se depilaban con un hilo. La depiladora lo sostenía con los dientes, y formaba un triángulo, tomando cada extremo con sus pulgares. Luego pasaba el hilo por la zona pilosa, arrancando los vellos de raíz". El origen de la depilación muy posiblemente esté asociado a las dos funciones que de forma más común han propiciado el origen de las grandes pautas y demandas de la moda actual, como son el tatuaje y la cosmética, es decir, la función religiosa y la terapéutica. El ideal de belleza femenina -encarnado en la mujer del faraón- consistía en un cuerpo despojado por completo de vello, como ejemplo de pulcritud y pureza moral. La utilización de la sangre de animales, conchas de tortugas como objetos cortantes, gusanos y grasa de hipopótamos fueron algunos de los recursos más empleados. Pero sin lugar a dudas, el más relevante fue una sustancia similar a nuestra cera que podía obtenerse de dos formas: o bien, mediante una amalgama de azúcar, agua y limón conocida como cera de azúcar o, simplemente, mediante la combinación de aceite y miel.

El verdadero promotor de la depilación fue el período de los locos años '20. Jóvenes parisinas y norteamericanas, cuando la moda de las faldas cortas mostró sus piernas, se vieron en la necesidad de depilarlas con frecuencia. Los salones de belleza con depilación a la cera proliferaron por todo París desplazando a la incómoda maquinita de afeitar. La predilección por esta técnica, que arrancaba el vello de raíz y que retardaba su crecimiento en tres o cuatro semanas, ofrece hoy algunas modalidades: cera de frutas, cera fría, bandas de papel. Este tipo de depilación tiene aún muchos defensores, por ser el más económico y de más fácil aplicación, sin efectos perjudiciales. Los métodos para llevar a cabo la dolorosa tarea de depilarse son variados. En la Argentina, la mayoría de las mujeres (el 50%) elige la cera. Muchas alternan la cera caliente con las maquinitas (ahora varias marcas tienen líneas diseñadas especialmente, para alivio de los hombres que no ven amenazado el filo de sus propias máquinas de afeitar). Una depiladora eléctrica puede ser tan eficacaz como la cera, "pero con menos costo, dolor y más higiene". También existen métodos de depilación definitiva, cremas depilatorias, cera descartable a roll-on y más. Algunos prometen una depilación más duradera, o más higiénica, o menos dolorosa. Están los que ofrecen mayor practicidad o economía.

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