jueves, 24 de marzo de 2011

Cantabria es una región histórica[1] y comunidad autónoma uniprovincial española. Limita al este con el País Vasco (provincia de Vizcaya), al sur con Castilla y León (provincias de León, Palencia y Burgos), al oeste con el Principado de Asturias y al norte con el mar Cantábrico. La ciudad de Santander es su capital y localidad más poblada.
Sus primeras referencias datan del año 195 a. C., momento en que el escritor romano Catón el Viejo habla en su obra Orígenes del nacimiento del río Ebro en el país de los cántabros.
[...] fluvium Hiberum: is oritur ex Cantabris, magnus atque pulcher, pisculentus. [...] el río Ebro: nace en tierra de cántabros, grande y hermoso, abundante en peces.
Cantabria está situada en la cornisa Cantábrica, nombre dado a la franja de tierra existente entre el mar Cantábrico y la cordillera Cantábrica, en el norte de la Península Ibérica. Posee un clima oceánico húmedo y de temperaturas moderadas, fuertemente influenciado por los vientos del océano Atlántico que chocan contra las montañas. La precipitación media es de 1.200 mm, lo que permite el crecimiento de frondosa vegetación. Su mayor elevación se localiza en el pico de Torre Blanca (2.619 metros).
Cantabria es la región más rica del mundo en yacimientos arqueológicos del Paleolítico Superior, aunque los primeros signos de ocupación humana datan del Paleolítico Inferior. Destacan en este aspecto las pinturas de la cueva de Altamira, datada entre el 16.000 y 9.000 a. de C. y declarada, junto a otras nueve cuevas cántabras más, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
La moderna provincia de Cantabria se constituyó el 28 de julio de 1778 en Puente San Miguel.[2] [3] [4] [5] [6] La Ley Orgánica del Estatuto de Autonomía de Cantabria se aprobó el 30 de diciembre de 1981, dotando de este modo a la comunidad autónoma de organismos e instituciones de autogobierno. Su actual presidente es desde 2003 el regionalista Miguel Ángel Revilla, apoyado en el Gobierno por el PSC-PSOE de Lola Gorostiaga.

Relieve

A medida que nos desplazamos hacia el sur el relieve suave de La Marina se torna abrupto hasta alcanzar las altas montañas de la Cordillera Cantábrica (imagen panorámica).
Cantabria es una región de carácter montañoso y costero y con un importante patrimonio natural. Su enérgico relieve hace que el 40% de su superficie se sitúe por encima de los 700 metros de altitud y un tercio de la región presenta pendientes de más del 30% de inclinación.[7] En ella se distinguen tres áreas morfológicamente bien diferenciadas:
  • La Marina. Una franja costera de valles bajos, amplios y de formas suaves de unos 10 km de ancho cuya altitud no suele superar los 500 msnm y que limita con el mar por medio de una línea de rasas litorales, configurando abruptos acantilados que son rotos por la aparición de desembocaduras de ríos generando rías y playas. En el litoral de la región destaca la bahía de Santander. Por el sur la marina limita con la montaña.
  • La Montaña. Es una larga barrera de montañas abruptas paralela al mar que componen parte de la cordillera Cantábrica. En su mayoría de roca calcárea afectada por fenómenos kársticos y que cubren la mayor parte de Cantabria. Forman valles profundos en disposición norte-sur con fuertes pendientes horadadas por ríos de carácter torrencial, de gran poder erosivo y cortos por la poca distancia entre su nacimiento y su desembocadura. Los valles configuran diferentes comarcas naturales de la región bien delimitadas físicamente por los cordales montañosos: Liébana, Nansa, Saja, Besaya, Pas-Pisueña, Miera, Asón-Gándara, Campoo. A la montaña pertenece la sierra del Escudo, cordón montañoso de entre 600 y 1.000 msnm y que a lo largo de la zona occidental de Cantabria sigue paralela a unos 15 o 20 km de la costa. Montañas más altas nos encontramos a medida que nos desplazamos al sur, con una alineación de crestas que limitan los valles y las cuencas hidrográficas de los ríos Ebro, Duero y aquellos que desembocan en el Mar Cantábrico. Por lo general superan los 1.500 metros de altitud, desde el puerto de San Glorio en el oeste hasta el de Los Tornos en la parte oriental: Peña Labra, puerto de Sejos, puerto del Escudo, Castro Valnera y La Sía. También destacan los grandes macizos calcáreos de los Picos de Europa en la zona sur occidental de la región, cuyas cumbres sobrepasan la mayoría 2.500 metros y donde es amplia la presencia del modelado glaciar en su morfología. La mayor elevación de Cantabria se localiza en el pico de Torre Blanca (2.619 metros), en la divisoria entre Cantabria y la provincia de León, aunque de forma tradicional se ha asignado este honor a Peña Vieja (2.617 metros) por encontrarse totalmente dentro del territorio montañés.
  • Campoo y los valles del sur. La otra comarca que se diferencia es Campoo, en el extremo sur de Cantabria. Con un clima más continentalizado, presenta un desarrollo óptimo de masas forestales de rebollo (quercus pyrenaica) y que se encuentra en un periodo expansivo por el abandono de las tierras agrarias. Además, también existen grandes repoblaciones de coníferas (pinus sylvestris) en las suaves pendientes de la comarca.

Climatología

Artículo principal: Clima de Cantabria
Debido a la Corriente del Golfo Cantabria, al igual que el resto de la región Cantábrica, tiene unas temperaturas mucho más suaves que las que les correspondería por su latitud, similar a la de Nueva Escocia en Norteamérica. La región está afectada por un clima oceánico húmedo, con veranos e inviernos suaves. Las precipitaciones se sitúan en torno a 1200 mm anuales en la costa, aumentando los valores en las zonas montañosas hasta los 1.600 mm, lo que la sitúa en la denominada España húmeda (o España verde).
Panorámica del puerto de Alisas con las cumbre nevadas.
La temperatura media se sitúa alrededor de los 14°C. La nieve es frecuente en las partes altas de Cantabria entre los meses de octubre y marzo. Los meses más secos son julio y agosto, aunque no existe sequía propiamente dicha, ya que por una parte siempre existe un mínimo de precipitación, y por otra las temperaturas no son muy elevadas. En algunas zonas de los Picos de Europa con clima de alta montaña, por encima de los 2.500 msnm se mantienen los bancos de nieve durante todo el año.
No obstante las diferencias entre comarcas pueden llegar a ser importantes. Así las más alejadas del litoral, como Liébana y Campoo, presentan un clima mediterráneo continentalizado, en el primer caso por el microclima especial de la zona y en el segundo por su proximidad a la meseta central.
La influencia del relieve montañoso de Cantabria es destacable sobre su clima, siendo la causa principal de fenómenos atmosféricos peculiares como son las llamadas suradas, propiciadas por el efecto Foehn. El viento del sur sopla fuerte y seco, aumentando la temperatura a medida que nos acercamos a la costa. Esto provoca una llamativa disminución de la humedad relativa del aire y la ausencia de precipitaciones. Condiciones que contrastan con las de la vertiente sur de la cordillera donde el viento es más fresco y húmedo y puede estar lloviendo. Estas situaciones son más frecuentes en otoño e invierno, registrándose unas temperaturas anormalmente altas de más de 28 °C. No son inusuales los incendios avivados por este viento, como el que arrasó la ciudad de Santander en el invierno de 1941.
Por otro lado, las zonas costeras suelen estar sometidas a vientos constantes provenientes del Océano Atlántico, que frecuentemente llegan a ser fuertes. En condiciones muy particulares, más propicias en los meses de abril-mayo y septiembre-octubre, los vientos del Oeste pueden alcanzar magnitudes de galerna. Hidrografía
Los ríos cántabros son cortos, rápidos y poco caudalosos; salvan unas considerables pendientes al estar el mar próximo a su nacimiento en la cordillera Cantábrica. Sus recorridos suelen ser perpendiculares a la costa, si exceptuamos el río Ebro, y poseen un caudal más o menos persistente a lo largo de todo el año motivado por unas precipitaciones por lo general constantes. Aún así, este es escaso (20 m³/s anualmente) en comparación con otros ríos de la Península Ibérica. La rapidez de sus aguas, motivado por las considerables pendientes de los recorridos, hacen que tengan un gran poder erosivo, formando los encajados valles en forma de V característicos de la cornisa Cantábrica. La actividad humana, cada vez más abundante en ellos por el aumento y concentración constante de la población en los valles, está ejerciendo una fuerte presión sobre estos ríos.
Nacimiento del río Asón.
Río Camesa a su paso por Santa Olalla.
Los principales ríos que dividen la región en otras tantas cuencas hidrográficas son:
El Pico Tres Mares (2.175 metros sobre el nivel del mar), en la comarca de Campoo-Los Valles, en el límite con Palencia, separa las tres cuencas hidrográficas; en sus faldas nacen los ríos Híjar, Pisuerga y Nansa que vierten respectivamente al Mediterráneo, Atlántico y Cantábrico. Cantabria es, junto con Castilla y León, la única comunidad autónoma cuyos ríos desembocan en cada uno de los tres mares que rodean la Península Ibérica.
Las diversas altitudes de la región, que van en poca distancia del nivel del mar a los 2600 msnm de La Montaña, hacen que la diversidad vegetal sea grande y exista un amplio número de biotopos. Cantabria posee una vegetación eurosiberiana, dentro de la provincia Atlántica. Se caracteriza por tener bosques de especies frondosas y caducifolias, como son el roble y el haya. No obstante la acción humana desde tiempos remotos ha favorecido la creación de pastos, propiciando grandes superficies de pastizales y praderías que alimentan al ganado vacuno.
Los prados de pastos se intercalan con plantaciones de eucaliptos (Eucalyptus globulus) y pequeñas masas de bosques autóctonos de robles y fresnos.
La parte meridional de Cantabria, ya dentro de la comarca de Campoo y limitando con la meseta castellana, se caracteriza por tener un paisaje de transición hacia una vegetación seca, conviviendo variedades biclimáticas atlánticas y mediterráneas. Su diversidad vegetal está propiciada por localizarse en el límite del dominio biogeográfico mediterráneo, lo que hace que existan especies propias de este bioclima, como son la encina o el madroño, localizados en suelos calizos poco desarrollados y de escasa humedad.
En Cantabria se pueden diferenciar varios niveles florísticos:
  • La franja litoral, representada por arenales y dunas con una vegetación reducida. Junto a ellos los acantilados con vegetación herbácea exclusiva de estas zonas.
  • La marina, franja costera que llega hasta los 500 metros de altitud y que originalmente lo constituían bosques caducifolios con especies mixtas: fresno, tilo, laurel, avellano, arce, roble, álamo, abedul, encina, etc. Los márgenes fluviales estaban poblados por bosques de ribera de alisos y sauces. Hoy en día estos bosques primitivos han desaparecido casi en su totalidad, dejando masas forestales autóctonas de carácter residual en zonas de difícil cultivo. En su sustitución aparecen las praderías, zonas de pasto muy productivas por el benigno clima y que sustentan la economía rural de Cantabria. Junto a ellos aparecen grandes repoblaciones monoespecíficas de eucalipto destinadas a la industria papelera y que desde algunos ambientes empiezan a ser cuestionadas.
Imagen panorámica de la Cordillera Cantábrica (izquierda) y La Marina con la ciudad de Santander (al fondo a la derecha). Alto de Brenas (579 metros). Riotuerto.
  • Los niveles medios de la Montaña, de 500 a 1100 msnm están colonizados por bosques monoespecíficos de roble (quercus robur y quercus petraea) en aquellas laderas con mayor insolación. En las zonas de umbría y sobre todo a partir de los 800 msnm, destacan los bosques de haya y donde suelen aparecer el acebo que produce frutos comestibles en época invernal y que son casi el único sustento para muchas especies animales.
Brañas o praderas de montaña. Al fondo se aprecian las cumbres de los Picos de Europa. Pico Tordías (968 m). Arenas de Iguña.
  • En el piso subalpino, en cotas ya muy altas, la vegetación está compuesta por abedules, matorrales y plantas herbáceas como las gramíneas, que son de especial importancia en la economía ganadera durante el verano pues funcionan como pastizales de puerto (llamadas en la región brañas) para la alimentación vacuna y caballar.
Junto a estas características habría también que citar las peculiaridades de la comarca de Liébana, que al poseer un microclima particular cercano al mediterráneo también crecen alcornocales, viñedos y olivos, y cuyo grado de degradación por la actividad humana es muy escaso.
En el año 2010 Cantabria tendría una población de 591.886 habitantes según datos provisionales del Instituto Nacional de Estadística (representa el 1,26% de la población de España).
Cantabria sólo superaría, demográficamente hablando, a una comunidad autónoma, La Rioja (321.780) y a las dos ciudades autonómicas Ceuta (80.570) y Melilla (76.034) (ver tabla (datos 2009)). En cuanto a provincias, ocuparía el puesto 28º de 50 provincias que hay en España (ver tabla (datos 2009)).
Tiene una densidad de población de 113,37 habitantes/km² y una esperanza de vida de 75 años para los varones y 83 años para las mujeres. Siendo la esperanza de vida en España en el año 2005 según la Organización Mundial de la Salud de 80,3 años de media: 76,9 para los hombres y 83,6 para las mujeres.[9]
Comparada con otras regiones españolas, Cantabria no ha experimentado altas tasas de inmigración, puesto que en 2007 un 5,7% de la población de Cantabria era inmigrante mientras que en el mismo año en el total de la población española el 11% era inmigrante. Las nacionalidades predominantes son Colombia, Rumania, Ecuador, Perú, Moldavia y Marruecos por este orden.[10]
Mapa demográfico de Cantabria. Habitantes por núcleos de población en el año 2005.
Las principales poblaciones cántabras se encuentran en la zona litoral, destacando tres ciudades, la capital cántabra, Santander, con 143.116 habitantes, Torrelavega, como segundo núcleo urbano e industrial de Cantabria, con una población de 27.768 habitantes y Castro Urdiales con 25.273 habitantes (INE 2009). Las dos primeras son los núcleos de una conurbación denominada área metropolitana de Santander-Torrelavega.
Los municipios más importantes desde el punto de vista demográfico (más de 10.000 habitantes; datos INE 2009[11] ) son los siguientes:
  1. Santander (182.700 habitantes).
  2. Torrelavega (55.947 habitantes).
  3. Castro Urdiales (31.670 habitantes).
  4. Camargo (31.404 habitantes).
  5. Piélagos (20.81 habitantes).
  6. El Astillero (17.360 habitantes).
  7. Laredo (12.591 habitantes).
  8. Los Corrales de Buelna (11.610 habitantes).
  9. Santoña (11.569 habitantes).
  10. Santa Cruz de Bezana (11.279 habitantes).
  11. Reinosa (10.307 habitantes).
La tasa de delincuencia se situó en 2007 en niveles muy bajos con respecto a la media de España, con un tasa de delitos de 27,1 infracciones penales por cada mil habitantes (la media española se sitúa en torno a 50 y en 55 la de UE).[12]
Las montañas de la Comunidad de Madrid que tienen más de 2.200 metros de altitud pertenecen a la Sierra de Guadarrama. Estos picos, ordenados según altura, son los siguientes:

    * Peñalara, 2.428 metros
    * Cabezas de Hierro, 2.383 metros
    * Cerro de Valdemartín, 2.280 metros
    * Bola del Mundo, 2.265 metros
    * Asómate de Hoyos, 2.242 metros
    * La Maliciosa, 2.227 metros
    * El Nevero, 2.209 metros

Flora

Artículo principal: Flora de Cantabria
Desde el punto de vista de su flora, Cantabria se localiza entre dos regiones biogeográficas. La mayoría del territorio pertenece a la región Eurosiberiana, pero el extremo meridional forma parte de la región Mediterránea. Esta situación fronteriza tiene un efecto directo en las características del paisaje vegetal de la región, en el que se entremezclan especies mediterráneas y especies atlánticas, que enriquecen la composición botánica de los distintos ecosistemas existentes

Fauna

Artículo principal: Fauna de Cantabria
La fauna de Cantabria posee una riqueza que se puede considerar elevada, tanto en número de especies como en la importancia y singularidad de algunas de ellas, debido a su todavía elevado grado de naturalidad, variedad de medios y a su situación geográfica. La mayoría del territorio pertenece a la región Eurosiberiana, pero el extremo meridional forma parte de la región Mediterránea. Esta situación fronteriza tiene un efecto directo en las características de la fauna de la región y hace que coincidan especies mediterráneas y especies atlánticas.
A pesar de su escaso tamaño, Cantabria posee un buen número de espacios protegidos. Integran la Red de Espacios Protegidos de Cantabria:
El más importante de ellos es el Parque Nacional de los Picos de Europa, que afecta además de a Cantabria a Castilla y León y Asturias y cuya gestión comparten las tres comunidades autónomas.
Por otra parte Cantabria cuenta con 8 Zonas de Especial Protección para Aves (ZEPAS): Marismas de Santoña, Victoria y Joyel y Ría de Ajo, Liébana, Desfiladero de La Hermida, Sierra de Peña Sagra, Sierra de Híjar, Sierra del Cordel y cabeceras del Nansa y Saja, Embalse del Ebro y Hoces del Ebro.
Además existen 21 Lugares de Importancia Comunitaria (LIC): Liébana, Montaña Oriental, Rías occidentales y Duna de Oyambre, Dunas de Liencres y Estuario del Pas, Dunas del Puntal y Estuario del Miera, Costa Central y Ría de Ajo, Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, Sierra del Escudo de Cabuérniga, Valles altos del Nansa y Saja y Alto Campoo, Sierra del Escudo, Río Deva, Río Nansa, Río Saja, Río Pas, Río Miera, Río Asón, Río Agüera, Río y Embalse del Ebro, Río Camesa y 2 cavidades con importantes colonias de quirópteros

2 comentarios: